AL
CUERPO DE PROFESORES, A LOS FUNCIONARIOS Y A LOS ESTUDIANTES DEL DEPARTAMENTO
DE HISTORIA
Estimadas
y estimados colegas, funcionarios y estudiantes
La
Universidad de Santiago de Chile vive momentos muy complejos y, a la vez,
históricos. La movilización iniciada por los estudiantes de Historia y de la
Facultad de Humanidades en mayo de este año, fue posteriormente asumida por el
conjunto del estudiantado de la Universidad de Santiago de Chile y colocó como
reivindicación fundamental la necesidad de democratizar nuestra Universidad.
Efectivamente,
transcurridos más de 25 años de restaurada la democracia en Chile no resulta
comprensible, ni aceptable, que el Estatuto Orgánico de la Universidad de
Santiago de Chile continué siendo el espurio DFL N° 149, de 11 de diciembre de
1981, promulgado por la dictadura. Lo hemos sostenido de forma reiterada y
volvemos a señalarlo en esta oportunidad, consideramos que la demanda de
democratización es justa y legítima. En consecuencia debe ser atendida por las
autoridades superiores de la Universidad.
De
la misma manera hemos señalado que la forma más pertinente para alcanzar
acuerdos en torno a la democratización de la Universidad, es el diálogo. Por
ello volvemos a señalar que es imprescindible que se repongan las instancias de
negociación que lleven a la solución del actual conflicto, a través del diseño de
una propuesta de democratización clara, efectiva y en un calendario de corto
plazo.
Por
lo anterior volvemos a indicar que el proceso de normalización de actividades
académicas impuesto por Rectoría, a partir del día lunes 10 de agosto del
presente año, no contribuye a resolver el conflicto. Por el contrario, lo
profundiza y se convierte en una expresión de falta de voluntad política para
avanzar hacia los cambios requeridos. Por otro lado, la continuidad de la
paralización a partir del día 10 de agosto y la masiva adhesión de los
estudiantes a la misma, es una clara demostración del fracaso de esta política.
Por lo anterior, esta Dirección considera que no es prudente y por lo tanto no
corresponde aplicar la calendarización establecida por las autoridades
superiores de la Universidad en este momento. Hacerlo sólo contribuiría a
profundizar el conflicto y, probablemente, a enfrentar situaciones de mayor radicalidad
por parte del movimiento estudiantil. Hacemos un llamado a nuestras autoridades
(tal y como hizo la FAHU el 13 de agosto pasado), a suspender los comunicados
de normalización de actividades docentes y solicitamos a los profesores del
cuerpo regular y por horas del Departamento de Historia, abstenerse de aplicar
procedimientos evaluativos hasta no observar una tendencia clara de solución
del actual conflicto.
El
Departamento de Historia de la Universidad de Santiago de Chile ha discutido
regular y sistemáticamente los problemas de la democratización de la
Universidad. A pesar de la normativa vigente hemos demostrado en la práctica
(con la incorporación de los estudiantes al Consejo de Departamento desde el
año 1999), que la participación de los diferentes estamentos en la discusión y
aprobación de la política de la Unidad no sólo es justa e imprescindible; y también
constituye un acierto que contribuye a una mejor gobernabilidad de las
instituciones. Por otro lado, el Departamento de Historia ha estado siempre
disponible a incorporar a sus funcionarios a este espacio de participación y si
ello no ha ocurrido hasta la fecha ha sido por opción manifiesta de los mismos.
No obstante lo anterior, reiteramos que el espacio de participación para los
funcionarios puede ser ocupado en el momento que ellos estimen pertinente.
Quiero
insistir, además, en que esta Dirección sostuvo en su programa de trabajo (2012,
reiterado en 2014), que es deseable que estudiantes y funcionarios participen
de manera efectiva en la elección de las autoridades unipersonales de la
Unidad. Con ello quiero manifestar que los procesos de construcción de una
nueva institucionalidad para la Universidad de Santiago de Chile serán el
resultado, por una parte, de la suscripción de grandes acuerdos a nivel
normativo, pero también de las prácticas de empoderamiento que preceden a
dichos cambios institucionales. Las experiencias acumuladas por el Departamento
de Historia y por la Facultad de Humanidades, hasta la fecha, son un claro
ejemplo de ello. A mayor abundamiento, las orientaciones entregadas por
Rectoría a los decanatos el año 2012 (después de las movilizaciones masivas del
2011 y posteriores), en cuanto a incorporar a los estudiantes a los consejos de
departamento y facultad, relevan que la práctica de la democratización puede
efectivamente anteceder a los procesos de readecuación normativos. Si ello
continúa pendiente en muchas reparticiones académicas de la Universidad, ha
sido exclusivamente por la falta de voluntad política de aquellos que tenían la
obligación de conducir sus unidades hacia un escenario de mayor participación.
En ellos recae, sin duda, una cuota importante de responsabilidad en el actual
conflicto que enfrentamos.
Se
hace necesario, por lo tanto, que los académicos contribuyamos de manera
efectiva a las discusiones que se están planteando en este momento respecto del
proceso de democratización de la Universidad. En ese sentido, la Dirección del
Departamento de Historia de la Universidad de Santiago de Chile insiste en lo
señalado en el comunicado de su cuerpo académico regular, del 22 de julio de
2015: Reiteramos
que la mayoría de los problemas que afectan actualmente a la Universidad y que
han sido objeto de pronunciamientos y demandas públicas por parte de los integrantes
de la comunidad universitaria (estudiantes, funcionarios y académicos),
remiten, en lo fundamental, a las carencias y déficits en la participación y en la democracia interna.
Hoy día, más que nunca, la Universidad de Santiago de Chile debe ponerse a la
cabeza de un proceso efectivo de profundización de la democracia universitaria.
Para ello se deben adoptar, de hecho y a la brevedad, aquellas medidas que
permitan incorporar al conjunto de la comunidad universitaria al ámbito de la
elaboración, aprobación y verificación de las políticas suscritas por nuestra
institución. Ello debe ser entendido como un compromiso y una vocación
institucional y no como un mero mecanismo para descomprimir el actual conflicto
estudiantil.
Dr. Igor
Goicovic Donoso
Director
Departamento de Historia
Santiago de Chile, 21 de agosto de 2015
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