Estimados Colegas,
junto con saludarles quisiera expresar a los miembros de la asociación
y otros colegas, mi profundo malestar
respecto a cómo la ASOACAD nos ha estado “representado” en la actualidad. He
dilatado el envió de esta carta a la espera de una posición oficial por parte
de la directiva respecto a las criticas del Dr. Carrasco frente a las últimas
declaraciones oficiales del presidente de la ASOACAD, además a la espera de las
actas de reuniones, las que a la fecha aun no han sido entregadas. Es evidente
a todas luces, que la actual directiva no ha sido capaz conducir y representar
adecuadamente a nuestra asociación y, por lo mismo, de tomar decisiones
participativas y compartidas, tal como expuse en la asamblea realizada en el
auditorio de Ingeniería Eléctrica. Es triste y a la vez vergonzoso que el
directorio y el presidente de la ASOACAD estén tomando decisiones de suma
relevancia e importancia para el devenir de la educación superior y nuestra universidad, sin la obligatoria y necesaria
participación y consulta a las bases de sus representados, a la vez que no se
rinde cuenta ni relato alguno a la asamblea de las gestiones y reuniones en las
que participan. Esto es más grave aún cuando la Directiva de la ASOACAD y/o su
presidente, han expresando opiniones a la comunidad académica y universitaria, supuestamente en representación de todos los miembros
de nuestra asociación.
Esta forma de conducirse, hace que nuestra asociación pierda cada vez más
credibilidad y fuerza, y a diferencia de lo argumentado por el colega Gómez,
las propias decisiones de la directiva están alejando a colegas de la
asociación, y no es producto de una extemporánea y fantasiosa persecución
política. La ausencia de una conducción que resguarde la academia por parte de la
actual directiva, iniciada con la
incapacidad de dar cuentas públicas, incluyendo actas de las reuniones y
asambleas, asi como la afiebrada declaración respecto del petitorio de los
estudiantes, en mi opinión no hace más que evidenciar que los actuales
dirigentes no están a la altura y jerarquía para representarnos en este
complejo escenario que hoy está viviendo la Educación Superior y nuestra
Universidad. Además, considerando los constantes incumplimientos a los
estatutos de la Asociación me parece que los actuales dirigentes deberían dar
un paso al costado y, por el bien de la comunidad académica y nuestra
universidad, llamar a nuevas elecciones en lo que signifique un proceso de refundación y revitalización de
nuestra asociación.
Profesor Asociado
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