reproducido de http://www.dw.com/es/premio-de-dd-hh-sueco-para-jurista-chileno-juan-guzm%C3%A1n/a-36395094
El ex juez chileno Juan Guzmán
Tapia, que detuvo y procesó al dictador Augusto Pinochet, fue distinguido este
lunes (14.11.2016) en Suecia con el premio Harald Edelstam por su contribución
en la defensa de los derechos humanos. El galardón será entregado durante una
ceremonia que se celebrará este martes (15.11.2016) en Estocolmo.
Guzmán,qque inicialmente simpatizó con
Pinochet cuando este llegó al poder tras un golpe de Estado, fue elegido de
forma "inesperada" en 1998 para investigar los crímenes de la
Dictadura chilena (1973-1990), "desconocidos para él hasta entonces",
y descubrió la magnitud de la represión, explica en su fallo la Fundación Edelstam.
"El procesamiento de Pinochet en España, Francia, Bélgica, Suiza e Italia
es el mejor ejemplo de cooperación internacional por la justicia, un precedente
extraordinario de países cumpliendo con su obligación y su responsabilidad de
proteger a las víctimas", afirmó en un comunicado Caroline Edelstam,
presidenta del jurado.
El galardón, que reconoce contribuciones extraordinarias
en defensa de los derechos humanos, lleva el nombre del fallecido diplomático
sueco Harald Edelstam, que como embajador en Santiago salvó a cientos de
chilenos durante la dictadura de Pinochet. (EFE)
miércoles, 16 de noviembre de 2016
martes, 1 de noviembre de 2016
Autonomía Universitaria y Universidad Pública
Fernando Atria (reproducida de El Mostrador del 01-11-2016)
Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no representan necesariamente al Directorio de la ASOACAD
Sobre la
autonomía
Sobre la
universidad pública
La
universidad privada y el Régimen de lo Público
Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no representan necesariamente al Directorio de la ASOACAD
La discusión sobre educación
superior tiene dos ejes: el primero es el de qué exige, en lo que se refiere a
la organización institucional de la educación superior, la transformación de la
educación de una mercancía en un derecho social. Esto mira fundamentalmente a
la relación entre el estudiante y la institución respectiva. Cuestiones
centrales de este eje son, por ejemplo, gratuidad y selección. Como este eje
mira a la educación superior desde el punto de vista de su significación en
tanto educación (la que ha de ser un derecho social, etc.), en principio, aquí
la educación universitaria no se diferencia de las demás, por lo que la
categoría relevante es la de “educación superior” (que incluye formas no
universitarias de educación).
El segundo eje mira a la calidad
específica de la institución universitaria, porque entiende que la universidad
es una institución que tiene ciertas peculiaridades que deben ser cuidadas.
Aquí lo central no es la relación entre la universidad y sus estudiantes, sino
la universidad como comunidad de búsqueda y desarrollo del conocimiento, una
comunidad en la que participan diversos “estamentos” (no hay muchos otros
contextos en los que esta palabra, habitual para designar el orden
medieval, siga teniendo vigencia), etc. Aquí cuestiones importantes son o han
sido la del gobierno universitario, la universidad pública y la autonomía
universitaria.
Es una lástima
que la discusión sobre educación superior no haya sido consciente de la
necesidad de discutir estos dos ejes por separado. En efecto, cada uno de ellos
tiene problemas y lógicas diversas. La lógica de los derechos sociales es la universalidad,
mientras la lógica de la universidad es diversidad y autonomía. Al confundir
estas dos dimensiones del problema, ambas resultan distorsionadas.
Pero como
veremos, en términos de las distorsiones de la discusión actual, esta es casi
una exquisitez primorosa. En efecto, las patologías de esa discusión son mucho
más radicales. En una situación que sería cómica si no fuera tan grave, se
trata de una aparente discusión en la que quienes participan en ella usan la
misma palabra para significar cosas opuestas... y ni siquiera se dan cuenta de
eso.
Aquí quiero
comentar esto en relación con algunos de los conceptos fundamentales que
estructuran el segundo eje: los de autonomía universitaria y universidad
pública, a propósito de la publicación del libro La
Caja de Pandora. Hacia un nuevo mapa de la Educación superior (Santiago, UDD, 2016), compilado por
Mauricio Bravo y editado por Mauro Salazar.
Este
oportuno libro contiene una buena presentación general de los términos
habituales del debate sobre educación superior. Se trata de un texto de
entrevistas a parlamentarios, académicos y rectores o ex rectores
universitarios. Las entrevistas están guiadas por una pauta más o menos común,
aunque no se desentiende de lo que cada entrevistado va diciendo, por lo que en
alguna medida es posible reconstruir conversaciones entre entrevistados a
partir de sus respuestas. Su lectura ayuda a entender los términos de la
discusión actual, y permite apreciarla tanto en sus luces como en sus sombras.
Lo que sigue no es un comentario de este libro, sino un intento de aclarar los
dos conceptos ya mencionados (la universidad pública y la autonomía
universitaria), para el cual parte del contenido de ese libro puede ser útil.
Sobre la
autonomía
Aunque (o
quizás precisamente porque) todos los que participan en la discusión sobre
educación superior y especialmente sobre la universidad dicen que una de las
cuestiones centrales es la de salvaguardar adecuadamente la autonomía
universitaria, la discusión ha sido especialmente vacía. Lo que muestra que es
una discusión vacía es que sus participantes usan conceptos no solo distintos
sino opuestos de autonomía sin alcanzar a darse cuenta de que lo están
haciendo. Es como si fuera una discusión sobre si los bancos son fríos y unos
estuvieran hablando de instituciones financieras y otros del mobiliario de las
plazas públicas, y llevaran algún tiempo discutiendo sin darse cuenta de esto.
Uno se preguntaría cuál es la atención con la cual cada uno escucha al otro si
no alcanzan siquiera a darse cuenta de que hablan de cosas distintas.
¿Qué es la autonomía universitaria?
Comencemos distinguiendo dos conceptos de autonomía, que por ahora llamaremos
“general” y “especial”.
En su
comprensión general, la autonomía universitaria no tiene (como lo indica su
nombre) nada de especial, y es solo aplicación, al caso de la universidad, de
la libertad general que la propiedad asegura al dueño, o de la autonomía
genérica que la Constitución garantiza a los “cuerpos intermedios”.
En una
comprensión especial, por otro lado, la autonomía universitaria es propia de la
universidad en atención al tipo peculiar de institución que es la universidad.
Es decir, aquí se trata de una cuestión específicamente universitaria, que no
aparece en otras esferas o actividades, y es aplicable a la universidad por ser
universidad, con independencia de que sea o no lo que la Constitución llama un
“cuerpo intermedio”. La idea aquí es que la universidad es la institución que
existe para fomentar y cultivar la investigación y el desarrollo del
conocimiento mediante el uso de la razón, lo que tiene como condición su
autonomía de toda interferencia que pretenda utilizarla como instrumento para
un fin distinto al de contribuir, mediante el uso de la razón, a la producción
y transmisión del conocimiento.
Es
importante notar que estas dos comprensiones de la autonomía son excluyentes
entre sí. Si la autonomía es especial, será una característica de la
institución universitaria y en principio solo de ella, y la protegerá de toda
interferencia exógena. Pero si es autonomía general, entonces no será un
derecho o garantía de la universidad sino de su dueño o controlador. Lo que
muestra que estas son dos nociones contradictorias de autonomía es que un acto
que constituye legítimo ejercicio de una autonomía es al mismo tiempo violación
de la otra.
En efecto,
si es autonomía universitaria (especial), la decisión de una autoridad
eclesiástica de prohibir a un profesor de teología enseñar en una Universidad
Católica es claramente una “interferencia exógena”, una violación de la
autonomía universitaria; si es autonomía (general) del dueño o controlador a
hacer con su cosa lo que desee, la misma decisión de esa autoridad es ejercicio
de la autonomía.
Si lo que
realiza una autonomía es violación de la otra, no queda sino concluir que los
dos conceptos no son solo distintos, son antónimos. Y uno puede bien
preguntarse qué tipo de discusión sobre universidades estamos teniendo si en
ella se usan como sinónimos términos antónimos sin que quienes discutan se den
cuenta. Esto es como la treceava campanada del reloj, que pone en duda todo lo
que vino antes.
Sobre la
universidad pública
Cuando
alguien dice que es tan importante defender y proteger la autonomía
universitaria, entonces, ¿de qué está hablando? Cuando alguien asiente a esa
afirmación, ¿a qué está asintiendo? Para comenzar a responder esta pregunta
podríamos preguntarnos de quién es la autonomía, qué es aquello de cuya
autonomía se trata. Si la respuesta es “(de) la universidad”, estamos hablando
de autonomía universitaria (especial); si la respuesta es “(de) el dueño o
controlador”, estamos hablando, no de autonomía universitaria sino del poder
que (en general) la propiedad sobre las cosas da al dueño.
Como puede
observarse, la pregunta por la autonomía lleva a la pregunta por la propiedad.
Y la pregunta por la propiedad lleva a la consideración de la universidad
pública y lo público en la universidad, porque lo público es lo que carece de
dueño. En este sentido, que algo carezca de dueño quiere decir que no está
sujeto a las condiciones de la propiedad privada, porque no está sometido al
régimen de la propiedad privada: las calles y las plazas son públicas, pero no
los centros comerciales. ¿Por qué? Porque las reglas que se aplican a los
usuarios de las calles y plazas han sido dictadas por la autoridad pública
competente, cuyo deber es hacer posible y beneficioso el uso de todos. Por
cierto, las reglas que miran al interés público beneficiarán a algunos
intereses privados sobre otros, pero lo determinante es el interés público.
En el caso
del centro comercial la situación es exactamente la contraria: el dueño puede
decidir el horario de apertura y el decorado, y al hacerlo no tiene ni siquiera
en principio el deber de atender al interés de los usuarios. De hecho, por
ejemplo, puede decidir sobre la decoración y la música de modo de maximizar la
disposición del usuario a consumir, no porque crea que va en el interés del
usuario consumir, sino porque eso es lo que a él le conviene. Por cierto, al
tomar esas decisiones tomará en cuenta el interés del público que concurre al
centro comercial, pero secundariamente, para identificar correctamente el modo
de servir su interés privado.
Solo un
ingenuo que se niega a mirar las cosas como realmente son podría ver en lo
anterior una “demonización” del centro comercial o la propiedad privada.
Quienes defienden el modelo universitario actual de mercado buscan convencernos
de que no hay tensión alguna entre el mercado y lo público, y para eso
descartan intentos como los anteriores, alegando que ellos asumirían, como lo
dice José Joaquín Brunner en el libro, que el mercado “es la causa de
todos los males [y que para evitarlo] hay que recurrir al Estado, que es lo
público, que es lo general, que es lo solidario, que es lo fraternal, que es lo
bondadoso, que es lo no egoísta" (p. 144).
Brunner se
cuida, cuando critica estas ideas evidentemente absurdas, de identificar a
quiénes está criticando, y nunca individualiza a autor alguno. Se limita a imputarle
estas ideas a “un pensamiento” que es “sorprendente” y que ha surgido al
interior de una genérica “Nueva Mayoría”. No las cita en la entrevista en este
libro (lo que podría excusarse diciendo que es un libro de entrevistas), pero
tampoco se preocupa de identificar lo que critica en su largo libro dedicado a
comentar la Nueva Mayoría, Fin de una ilusión (2016). El hecho de que
no haya nunca una referencia precisa muestra que cuando Brunner se queja de “la
simplificación esquemática y dicotómica” (p. 144) de este nuevo pensamiento, en
realidad está proyectando sus propios déficits. Como lo que Bruner refuta son
caricaturas que nadie ha sostenido seriamente, sus refutaciones nos dejan
exactamente donde mismo estábamos.
Hay otras
dos maneras en que el concepto de lo público es vaciado de contenido, y ambos
se expresan en el libro. Una es la ilustrada por Harald Beyer, que desplaza la
cuestión desde “lo público” hacia el “rol público” (pp. 106-107), afirmando que
“a partir del año 1922… se ha redefinido el rol de lo público y más bien el rol
de lo público tiene que ver con funciones específicas” (p. 106). Pero con esto
Beyer cambia el tema, que no es qué resulta de interés público sino qué es lo
público, cuándo puede decirse de una universidad o de un canal de televisión o
de un banco que es “público”. La diferencia es clara: en un sistema de mercado,
es difícil pensar en iniciativas que no desempeñen de alguna manera un “rol
público”. El ejemplo que ya hemos mencionado, el de un centro comercial,
ilustra también este punto.
Es claro que
un centro comercial desempeña un servicio que tiene un “rol público”, en el
sentido de que sirve al público e interesa al público. Pero que el centro
comercial sea propiedad de alguien quiere decir que ese alguien puede lícitamente
usar al centro comercial para servir a sus propios intereses, no los del
público. Aun cuando desde el punto de vista del público fuera conveniente que
el centro comercial continuara operando, por ejemplo, el dueño tiene derecho
simplemente a cerrarlo y demolerlo si un uso alternativo del predio respectivo
se hace más lucrativo (o, de hecho, si por cualquier razón le conviene cerrarlo
o destinarlo a otra cosa). De nuevo, esto no es “demonizar” al dueño, sino
tomarse en serio las palabras. Para que algo sea público no es suficiente que
en algún sentido desempeñe una función que es de utilidad para el público en
general. Lo público es lo que está afectado al interés público, no al interés
privado.
Otra manera
de vaciar de contenido el concepto de lo público es ilustrada por la posición
sostenida por Andrés Bernasconi en el libro: “La propiedad es un muy mal
concepto para entender lo estatal porque la propiedad por sí sola no garantiza
nada de las cosas que se supone que las universidades estatales públicas
debieran hacer, no garantiza que estén al servicio del país y no al servicio de
'intereses corporativos', no garantiza que sean pluralistas ni republicanas, no
garantiza nada del discurso del siglo XIX que en Chile se asocia con la
estatalidad (p. 88)”.
Parte del
problema es la manera en que Bernasconi interpreta la idea: parece que él asume
que la referencia a la propiedad quiere decir que “lo público” es lo que es de
propiedad del Estado. Pero la propiedad del Estado puede ser propiedad privada
(los llamados “bienes fiscales”: estos son bienes apropiables, sobre los cuales
el Estado tiene un derecho de propiedad) o propiedad pública, que precisamente
quiere decir que se trata de bienes que no son apropiables, es decir, bienes
sobre los cuales no hay propiedad privada (los llamados “bienes nacionales de
uso público”). El mobiliario de la oficina del ministro del Interior es un
conjunto de bienes fiscales, las calles son bienes nacionales de uso público.
Se sigue, de
lo anterior, que la primera razón por la que “la propiedad”, según Bernasconi,
es un mal concepto para caracterizar lo público debe ser corregida de este
modo: lo público no es lo que es propiedad del Estado, porque el problema no es
quién es el dueño sino que se trate de algo que tenga dueño. Es lo que no es de
propiedad privada de nadie, porque no está sujeto al régimen de la propiedad
privada.
En todo
caso, la segunda razón que ofrece Bernasconi en el texto citado más arriba
establece un estándar institucionalmente insostenible. Que una universidad
pública no tenga dueño, por cierto, no “garantiza” que la universidad “esté al
servicio del país y no al servicio de intereses corporativos”, del mismo modo
que la penalización del homicidio no “garantiza” que no se cometerán atentados
contra la vida de las personas y el debido proceso no “garantiza” que no habrá
error judicial. Lo que hace es trazar una diferencia entre las cosas que están
lícitamente al servicio de las agendas particulares que sus dueños quieran
fijarles y cosas que no están lícitamente al servicio de ningún interés
particular.
Que el
órgano directivo de una universidad pública decida, por ejemplo, que es
necesario crear una cátedra para defender el neoliberalismo, o que ciertas
investigaciones en medicina reproductiva deben ser prohibidas, o que no han de
avanzar en sus carreras profesores que defiendan el matrimonio igualitario,
sería ilícito. Pero que una universidad privada decida cualquiera de estas
cosas (como de hecho ha ocurrido), no solo no es ilícito, es ejercicio por el dueño
de su derecho.
Bernasconi
continúa ofreciendo lo que él cree que es una caracterización de lo público
distinta y mejorada respecto de la anterior, porque no se funda en una mera
“categoría jurídica”:
“Yo creo que
podríamos avanzar un poco más en esta discusión y a mí me parece que el
concepto de “libertad académica” como condición de trabajo de los profesores es
muy relevante, yo en eso concuerdo con la necesidad de que una pueda elegir la
libertad académica como una condición de pertenencia de alguna institución a la
esfera de lo público, y que no tiene nada que ver con la forma de gobierno que
uno pueda asociar con lo público. En el caso de la universidad, sería una
decisión completamente arbitraria aquella con la cual uno dice que una
universidad tiene que gobernarse así para ser realmente pública, hay miles de
formas distintas de gobierno (p. 89)”.
Lo que
Bernasconi no observa es que hay contradicción entre la “categoría jurídica” de
la propiedad privada y la libertad académica, en parte porque no parece
detenerse en lo que significan las palabras. El gerente no tiene más “libertad”
en una empresa que la que él dueño decide darle, porque el régimen de la
empresa es el de la propiedad privada. Si una universidad está sujeta a ese
régimen, entonces quien sea el dueño de la misma (su controlador) podrá decidir
qué se hace, a qué se dedica la institución, qué cuestiones deben ser
promovidas por sus miembros y cuáles no. La garantía real (a diferencia de
nominal) de la libertad académica implica un modo de organización que remueve a
la universidad del ámbito de la propiedad privada y la hace, en ese sentido,
pública.
Y, por
cierto, es correcto decir que no hay una forma de gobierno que sea la única
correspondiente a una universidad pública. Pero eso no quiere decir lo público
“no tiene nada que ver con la forma de gobierno”. Podemos decir: lo público
exige una forma de gobierno no propietaria, de la cual, por cierto, hay varias
experiencias en el mundo. Pero, por lo mismo, excluye todas las formas
propietarias de gobierno (es decir, todas las formas de gobierno en que el
propietario o controlador tiene derecho a decidir unilateralmente cuáles son
los intereses que la universidad ha de servir).
En la
discusión actual esto es mucho más fértil que la posición de Bernasconi, porque
aunque no señala una y solo una forma de gobierno aceptable para la universidad
pública, nos provee de un criterio (formas no propietarias de gobierno) con el
cual podemos discutir sobre cuáles son las diversas formas de gobierno que son compatibles
con lo público de la universidad. La posición de Bernasconi, por otro lado, que
salta injustificadamente de la constatación de que hay más de una forma no
propietaria de gobierno a la conclusión de que la relación entre “lo público” y
la forma de gobierno es “completamente arbitraria”, nos deja tan a obscuras
como antes.
La
universidad privada y el Régimen de lo Público
Respecto de
la relación entre la universidad pública y la universidad estatal, hoy en Chile
pueden decirse dos cosas: primero, que solo las universidades del Estado son
públicas, porque solo las universidades del Estado están excluidas del ámbito
de la propiedad privada (con la posible excepción del llamado G3); y segundo,
que es en principio posible que universidades no estatales sean públicas, en la
medida en que estén sujetas a un Régimen de lo Público, un régimen que las
substraiga del dominio privado. Esto, a mi juicio, implica: a) una forma de
gobierno no propietaria; y b) un estatuto del académico que le asegure
libertad. Si hay o no condiciones adicionales, es algo que sería interesante
discutir, si tan solo quienes participaran de esta discusión no se dedicaran a
vaciar de contenido las categorías que necesitamos para poder tenerla.
Si la ley
creara un Régimen de lo Público alternativo al de la propiedad privada, él
podría quedar disponible para las universidades no estatales que quisieran
acogerse a él, cuando su proceso de desarrollo institucional las lleve a
demandar la autonomía que es característica de la universidad. Con esto
respondo a una observación de Eduardo Sabrovsky, que (en el contexto de un agudo comentario de algunas de mis ideas al
respecto) me reprocha que yo ahora estaría afirmando que “son las
universidades del G9 las llamadas a demostrar su inocencia”. No se trata de
“demostrar inocencia”, porque no hay culpabilidad ni ilicitud alguna en que el
dueño de una cosa la use para servir a sus fines. Se trata, primero, de definir
las condiciones de lo público, y luego entregar a las instituciones no
estatales la decisión de si renunciar o no al modelo propietario. Solo las que
estuvieran dispuestas a hacerlo, por cierto, podrían razonablemente pretender
ser tratadas como universidades públicas, porque solo ellas efectivamente lo
serían.
Si las
palabras fueran tratadas como si tuvieran significado, podríamos discutir esta
y otras cosas. Porque Hannah Arendt tenía razón cuando decía que la política
solo es posible “donde palabra y acto no se han separado, donde las palabras no
están vacías y los hechos no son brutales, donde las palabras no se emplean
para velar intenciones sino para descubrir realidades, y los actos no se usan
para violar y destruir sino para establecer relaciones y crear nuevas
realidades”.
jueves, 20 de octubre de 2016
Mitos y medias verdades del Presupuesto 2017
Por Francisco Castañeda, Ph.D.; Profesor Depto. de Administración, FAE - Publicado en El Mostrador 12- de octubre de 2016
Las opiniones vertidas en este blog son de la exclusiva responsabilidad de su autor y no comprometen al Directorio de la ASOACAD
1) El gasto público ha subido como
porcentaje del PIB
2) Un menor crecimiento reduce la
recaudación tributaria
3) ¿A qué se debe este menor crecimiento
de la economía chilena?
4) Si no se contiene el déficit fiscal,
las clasificadoras de riesgo degradarán la solvencia crediticia de la economía
chilena
Así parece que la discusión sobre la economía
chilena pasó de un periodo prerrevolucionario, donde ministros, subsecretarios
y asesores (y sobre todo aquellos que estaban en la “pole position” por ser
ministros de Hacienda) concordaban con lo que Bachelet y los movimientos
sociales pregonaban (eran muy empáticos). Caídos del paraíso, en el mundo real
de la política, y con las reformas cuesta arriba, comienzan a digitar su cuota
de poder en este nuevo mundo en el cual el orden restaurador presiona por regresar
al statu
quo anterior. Valdés y su
equipo, en conjunto con un coro de economistas, brillan por esta estrategia.
Las opiniones vertidas en este blog son de la exclusiva responsabilidad de su autor y no comprometen al Directorio de la ASOACAD
Cuando uno observa la
discusión fiscal para el año 2017, se sorprende de algunas afirmaciones de
destacados economistas y no economistas (“está de moda diferenciarlos”).
1) El gasto público ha subido como
porcentaje del PIB
Predesaceleración aguda, todos los economistas de la
coalición gobernante señalaban que las reformas (tributaria, educacional,
laboral) eran necesarias porque la economía y la sociedad demandaban este salto
cuántico social. Si la provisión en educación y otros ítems sociales se expande
más que la base del PIB (la cual ha desacelerado fundamentalmente a factores
externos), tendremos un incremento en este ratio. Aun así, países con niveles
de deuda pública mayores, tienen mayores provisiones de bienes y servicios
públicos para sus ciudadanos, y ciertamente un gasto público relativo superior
al de Chile. Un acento correcto es poner énfasis en cómo se gastan estos
recursos públicos (evaluación e impacto).
2) Un menor crecimiento reduce la
recaudación tributaria
En general con una elasticidad tributación-PIB
unitaria a largo plazo, la recaudación tributaria real crece menos cuando la
economía se expande menos que lo esperado. Esta menor recaudación tributaria ha
sido anticipada y pronosticada cuando su realización fue inminente. Cuando uno
analiza los diferentes informes del Banco Central, del Ministerio de Hacienda y
entes privados y bancos de inversión, todos sobrevaloraban la fortaleza de
China a largo plazo. De hecho, Justin Lin, vicepresidente del Banco Mundial y
de la Universidad de Chicago, vino a Chile hace 3 años, y señaló que China
crecería por 10 años a lo menos al 10% por año; por tanto, la economía chilena
recibiría este gran impulso por mucho tiempo.
Así el escenario de riesgos para la economía chilena
se veía acotado. O sea, “casi todos se equivocaron” en la proyección del PIB.
3) ¿A qué se debe este menor crecimiento
de la economía chilena?
Desaceleración brusca en el comercio internacional,
caída en el precio de las materias primas (incluido el precio del cobre) y
menor crecimiento de la economía internacional. Arrastrada por este fin del
boom minero, la formación bruta de capital fijo se ha comenzado a expandir
moderadamente. Los efectos adversos por las reformas no explicarían la mayor
parte de la magnitud de la desaceleración en la economía chilena. Se contrae la
inversión en minería y el componente minero del PIB cae también fuertemente en
los últimos trimestres. Huelga señalar que aproximadamente el cobre es del
orden del 50% de las exportaciones totales, y el PIB sectorial minero se ubica
alrededor del 11% del PIB. Sin embargo, en este sector económico los
multiplicadores en términos de empleo y encadenamientos productivos son
superiores a este ratio. Es decir, “la desaceleración del impulso externo
explica la mayor parte de la desaceleración de la economía”.
4) Si no se contiene el déficit fiscal,
las clasificadoras de riesgo degradarán la solvencia crediticia de la economía
chilena
Es correcto que el ministro de Hacienda contenga el
déficit fiscal. Cuánto es lo que debe realmente contener, es una discusión
legítima. Y estamos hablando de márgenes razonables.
Vamos por parte: se afirma que las clasificadoras de
riesgo internacionales castigarían la posición de riesgo crediticio de Chile y
que esto traerá un alza de las tasas de interés para todos (personas y
empresas) si no somos medianamente drásticos en reducir el déficit fiscal.
Recientemente Moody's emitió un comunicado señalando que, a diferencia de otros
países de la región, estima que para Chile hay más probabilidades de
desaceleración que de crecimiento sostenido en el próximo año. Que la inversión
seguirá estancada, y que esto se debe básicamente a una caída en el precio del
cobre. También afirma que Chile posee un mercado bancario sano, capaz de
absorber las necesidades de financiamiento de las empresas. Y que existe un
espacio para un mayor gasto fiscal. De aquí se desprenden dos escenarios:
Escenario a) (Escenario ya
consolidado). El gasto público crece 2.7% en el presupuesto 2017 (y recortando
la inversión pública, la que ya muestra el presente año variaciones negativas),
dejando supuestamente más espacio a una política monetaria expansiva, “para que
esta última haga la pega”. Como que en el lenguaje se quisiera sustituir parte
de la inversión pública (que no se materializó) por tasas de interés más bajas.
Aquí hay que mirar la evidencia: en un escenario de desaceleración, de caída en
la inversión y en el consumo, con aumentos en tendencia del desempleo (y
precariedad laboral en diversos indicadores), la política monetaria juega un
rol acotado en términos de dinamizar la actividad.
El sistema financiero ya ha comenzado a ser
restrictivo en sus procesos crediticios con las empresas y personas, dada la
creciente aversión al riesgo como resultado de estos magros indicadores
macroeconómicos. La política monetaria en este escenario, con su tasa de
instancia en 3,5% y con una convergencia de la inflación, no podrá reactivar la
economía.
Además puede ocurrir la paradoja de que baje
efectivamente el costo de fondo a la banca en el mercado local (con esta
“acomodación” de la política monetaria) sin que esto se traduzca en una rebaja
de tasas para empresas y personas (el ambiente de desaceleración restringe el
volumen de crédito y sube su precio). Y esto puede llevar a que en un ciclo de
desaceleración las utilidades de la industria bancaria se expandan (más allá de
lo que ya es normal). Lo que ha ocurrido ya en otros episodios de
desaceleración. ¿No será mejor un mix de
política monetaria expansiva moderada con un aceleramiento de la inversión
pública?
Escenario b) (Hipotético). El gasto
público crece 3,0% en el presupuesto 2017 (en vez del 2,7%) destinándose estos
200 millones de dólares adicionales a los actuales niveles de inversión
pública. Tiene espacio para hacer esto la autoridad desde el punto de vista
financiero.
De hecho, el mismo ministro Valdés capitalizó
recientemente TVN con
70 millones de dólares. Al enfrentar la crítica de que esto era gasto, él
señaló muy “técnicamente” que esto generará réditos en el futuro y, por ende,
no era precisamente gasto (¿de dónde sale la plata entonces?). ¿Y por qué no se
aplica esa misma lógica a la inversión pública?
A su vez, gremios empresariales podrían ver con
bastante interés en términos un potenciamiento de la inversión pública. Está
documentado en la literatura que la inversión pública complementa a la
inversión privada, sobre todo en fases bajistas del ciclo, y ayuda a esta a
salir de su letargo, en términos de que se visualicen nuevos proyectos y
oportunidades empresariales.
Las externalidades positivas de un robusto plan de
fomento productivo que abarque construcción de obras, más créditos para las
PYMEs en momentos en que el grifo bancario comienza a cerrarse (incrementar
sostenidamente los montos a instrumentos crediticios con garantías estatales
como FOGAPE, FOGAIN, etc.), y asignar estos recursos (infraestructura, crédito,
capital, etc.) en términos de las regiones con mayor precariedad para causar
más impacto productivo. Con efectos positivos en el empleo, en la tributación y
en el desarrollo regional.
Aun así, un destacado economista señala que no hay una
lista de suficientes proyectos socialmente rentables. Si embargo, la lista es
larga: a la anterior ya mencionada, se debe adicionar la construcción de un
hospital público en el norte de Santiago (hay solo un hospital para 1 millón de
personas) y en otras ciudades de Chile ocurre lo mismo; renovación de
infraestructuras en los colegios (moderna y adecuada al nuevo contexto de
paradigma educativo), etc.
También es cierto que la urgencia de una política de
obras públicas claramente definida y expansiva no sería tema si la inversión
privada fuera robusta. Lo que no ocurre en la actualidad. Un apretón fiscal, y
en particular en obras públicas, haría más difícil la recuperación de la
inversión privada (“no estaría el ciclo minero presente para sostener la
economía”).
En relación con el sector corporativo, muy
activo en la emisión de bonos internacionales, posee un nivel de deuda privada
de aprox. 50% del PIB. Esto explica el 71% del endeudamiento público-privado
externo de la economía, mientras el sector público también ha ido aumentando su
endeudamiento bruto (aprox. 25% del PIB) producto de las reformas y su
incorporación a la OCDE en términos de mayor provisión de bienes y servicios
públicos.
Un altísimo nivel de deuda privada internacional
chilena deja al descubierto que están en un umbral de fragilidad. Y que
aumentar el gasto público (2,7% al 3,0%) para hacerlo contractivo,
especialmente en la dimensión de la inversión pública, podría ocasionar esta
mentada caída en la clasificación de riesgo país, con el consiguiente aumento
en los costos de fondos internacionales para la economía chilena. Esta
tautología (que no considera umbrales ni pequeñas variaciones en montos de
deuda pública y de gasto fiscal) ya ha sido meridianamente refutada por la
agencia de clasificación de riesgo Moody's en su reciente comunicado (en
términos de que existe un espacio para la política fiscal, y con un sistema financiero
local capaz de absorber las necesidades de financiamiento de las empresas).
En relación con la banca (el fondeo local),
apropiadamente una parte muy minoritaria del fondeo se obtiene en el exterior.
Con las ultrapolíticas monetarias expansivas de los Bancos Centrales de los
países desarrollados, ese argumento de que subirán las tasas de interés a
personas y empresas, deja de ser válido.
Para que ocurra este descalabro de aumento
significativo de interés para la economía chilena y la consiguiente caída en la
clasificación de riesgo país, debería ocurrir casi simultáneamente:
1. Un déficit fiscal sin contención (que no es el caso)
2. Debería reducirse considerablemente (y
simultáneamente) el stock de
reservas internacionales del Banco Central (aprox. 15% del PIB)
3. Y en conjunto ocurrir una aceleración del actual
déficit en cuenta corriente (aprox. 2% del PIB).
- Condiciones 2) y 3) no se verifican ni en el mediano
plazo. El punto es legítimo, pero es llevado a un extremo para no generar una
discusión más amplia respecto a la conveniencia de incrementar la inversión
pública en niveles razonables y acordes con la evolución de la formación bruta
de capital fijo de la economía. Así, el PIB tendencial seguirá con su evolución
descendente para la economía chilena.
También el ministro de Hacienda deja entrever que una
eventual recuperación podría venir si se deprecia el tipo de cambio real. Este
ha venido cayendo como consecuencia de una caída del tipo de cambio nominal,
que ha sido en los últimos meses más abrupta que la caída en la inflación.
Respecto a la controvertida relación “aumento del gasto público-caída en el
tipo de cambio real”, no existe evidencia de que el auge inflacionario de
trimestres anteriores y del 2015 (4,4% inflación durante dicho año) estuviera
basado en un incremento del gasto fiscal. Más bien esto obedeció a la
depreciación de todas las monedas de las economías emergentes como resultado
del fin del super ciclo en el precio de los commodities y a las expectativas de que la Reserva
Federal de USA subiera sus tasas como resultado de una recuperación más
vigorosa de lo esperado.
viernes, 7 de octubre de 2016
Ex secretaria ejecutiva de la reforma educacional explica su renuncia
El portal de Radio ADN publica en su edición del día 6 de octubre una breve nota en que la actual Prorrectora Fernanda Kri comenta las razones de su renuncia. En ella la ex funcionaria del MINEDUC comenta:
"Puedes transar en muchas cosas por necesitar un proyecto viable, pero hay cosas que me parece que había que defender con mucha fuerza y a veces no noté esa claridad".
Asimismo, aseguró que no se defendió como corresponde "el fin al lucro, el fin de los recursos estatales para instituciones que lucran" ver más
"Puedes transar en muchas cosas por necesitar un proyecto viable, pero hay cosas que me parece que había que defender con mucha fuerza y a veces no noté esa claridad".
Asimismo, aseguró que no se defendió como corresponde "el fin al lucro, el fin de los recursos estatales para instituciones que lucran" ver más
miércoles, 7 de septiembre de 2016
Obedecer y cumplir
por Hernán Neira, publicado en La Tercera el 31-08-2016
Sra. Ministra:
Por fin llegó quien se atreviera a proponer con valentía y clarividencia lo que debió haberse hecho el mismo año 1973: eliminar Filosofía. Me explico:
Sra. Ministra:
Por fin llegó quien se atreviera a proponer con valentía y clarividencia lo que debió haberse hecho el mismo año 1973: eliminar Filosofía. Me explico:
1. Educación Cívica
no es lo mismo que Filosofía. No. Educación Cívica tiene otros fines.
Fácilmente se convierte en lo que, en época del Generalísimo Franco –ese que
hubo en España, no vaya Ud. a confundirse con otro generalísimo- se llamaba
“Formación del Espíritu Nacional”. Se inculcaba entonces a los jóvenes los
valores del nacionalismo, de la disciplina, de la obediencia, del respeto a las
autoridades, la sumisión laboral y el comulgar como principal cumplimiento de
las obligaciones religiosas. Fruto de ello, votaban silenciosamente –sin esas
bulliciosas manifestaciones- entre los candidatos que previamente la Falange
Nacional, partido único de entonces en España, había preseleccionado. Se
entiende: la patria es una, y una debe ser la Educación Cívica, sin
disensiones, sin distintas perspectivas. Los pluralismos de la filosofía, sus
disquisiciones sobre la verdad, sobre la honestidad, sobre la verificación de
una prueba, sobre el sentido de la vida, sobre la justicia y la legitimación
del poder son completamente inútiles e innecesarios. Lo que necesitamos es
obediencia y producción, y eso se consigue con una educación cívica bien
entendida, sin ningún ramo de filosofía que le haga sombra.
2. Porque, en
contraposición a la educación cívica, la filosofía no acepta disciplinas, sino
razones; no acepta que la patria tenga un espíritu nacional, sino varios, y lo
crea en la discusión; la filosofía tampoco tolera disciplina (excepto la del
estudio), y cuestiona el contenido y fondo de la obediencia ciega, porque ama
la libertad. Educación Cívica, a diferencia de Filosofía, la impartirán
personas que tengan certezas y no dudas, quienes enseñarán lo que hay que hacer
y obedecer, todo lo contrario de lo que enseñan los filósofos.
3. No nos gusta la
filosofía: con esa libertad no se puede vivir. Necesitamos seguridades,
verdades que nadie dude, jefes que sigamos ciegamente, como en otros tiempos,
cuando tuvimos uno que habló desde Chacarillas y todos estuvimos de acuerdo con
el programa que proclamó allí: la constitución que nos rige.
4. La filosofía,
como usted sabe, ha sido causa del debilitamiento de las principales verdades
de nuestra época. La filosofía sirvió de base para que Galileo propusiera que
la Tierra giraba alrededor del sol; la filosofía, por medio de Bartolomé de las
Casas, rechazó la esclavitud de los americanos; la filosofía, por medio de
Leopoldo Zea, reclamó para América Latina en lugar en la historia universal,
que hasta entonces los europeos entendían como sólo de ellos; la filosofía, por
medio de Simone de Beauvoir, reclamó que la mujer no era un objeto, sino un
sujeto vivo; la filosofía, por medio de Donella y Dennis Meadows, detectó que
la Tierra no soporta el incremento indefinido de la producción sin destruir al
planeta y destruirnos nosotros; la filosofía, por medio de Félix Schwartzmann
(a quien su ministerio le dio el Premio Nacional), nos hizo comprender a
América. Como ve, viviríamos mejor sin filosofía. Como ve, también la
filosofía es, más que una profesión, una práctica que debe ser erradicada.
5. Sigamos: eliminar
la filosofía es la única forma de mantener nuestro sistema político. Como Ud.
sabe, nuestros candidatos salen todos de mismo molde, lo que facilita el rodaje
de la máquina política y de la máquina económica, tan bien aceitada por
legítimos estímulos en dinero. Si Ud. permite que se discuta la representación
–como hizo ese filósofo francés llamado Rousseau, que promovía asambleas
fundantes-, los jóvenes, llegados a los dieciocho años, buscarán candidatos de
sus propias filas y querrán algo peor: participación. Y, como Ud. sabe, cuando
se participa, no se requiere representantes, menos si son candidatos
prefabricados con modelo único.
6. Piense también,
señora Ministra, que es por intromisión de la filosofía que se ha dejado de
creer en la legitimidad, entre otras, de: La Ley de Pesca, las Ley del Litio;
la Ley Reservada del Cobre; la ley de ISAPRES; la Ley Laboral; la Ley de
Universidades; y es también por la filosofía que ya no creemos en su
Ministerio, que siempre debió haber fiscalizado el lucro en las universidades.
Y sigo: por intromisión de la filosofía no creemos en la clase política; ni en
nuestros representantes.
Señora Ministra:
tiene Ud. razón en eliminar Filosofía, ramo pérfido e inútil. Nuestros
compatriotas, por ella, se preguntan cada día más por el sentido de la vida y
quieren volver a ser humanos, hartos de ser consumidores de bienes materiales e
inmateriales, como Educación Cívica. Siga Ud. el ejemplo de los atenienses, que
con justicia condenaron a morir a Sócrates, por atreverse a cuestionar la
educación cívica que impartían los sofistas –al servicio del dinero y del
poder. Condene usted, en la República de Chile, a muerte a la filosofía, para
acabar de una vez con la última resistencia y culminar así la tarea inconclusa
del año 1973: obedecer y producir. ¡Cuánto la recordaremos!
miércoles, 31 de agosto de 2016
A qué viene Nelson Pizarro a Codelco?
por Julián Alcayaga, abogado y economista. Presidente de ONG Chile-Cobre
Las opiniones vertidas en este blog son de la exclusiva responsabilidad de su autor y no comprometen al Directorio de la ASOACAD.
Cuando en abril 2010, el Sr. Diego Hernández asumió la presidencia ejecutiva de Codelco, tras ser elegido por el Directorio designado por el Presidente Piñera, pronosticamos que se venían tiempos de pérdidas para Codelco. Pronosticamos esto, no porque el Sr. Hernández no tuviera la experiencia y capacidad técnica para realizar una excelente gestión en Codelco, sino por el hecho que con él, Thomas Keller y una serie de otros ejecutivos, eran las transnacionales mineras las que lograban apoderarse de la administración de la Corporación. Por esa razón, sosteníamos, podrían llevar a cabo lo que siempre habían perseguido: la privatización de Codelco, paulatinamente, destruyendo económica y financieramente a la empresa.
No nos equivocamos en el pronóstico, porque los 4 años en que Diego Hernández y Thomas Keller, dirigieron la corporación, los excedentes (utilidades) fueron los peores de toda la historia de Codelco, habida cuenta de la producción y precios alcanzados por el cobre y sus subproductos.
Con el nuevo directorio nombrado por la Presidenta Bachelet, pensábamos que este plan de destrucción paulatina de Codelco llegaría a su fin, y que las transnacionales mineras ya no administrarían Codelco. La salida de Keller de la presidencia ejecutiva apuntaba en ese sentido. Poco duró la alegría, porque el nuevo directorio ha vuelto a escoger como Presidente Ejecutivo de la Corporación, a un ejecutivo de larga trayectoria en las transnacionales mineras, el señor Nelson Pizarro. Al ser las transnacionales mineras las que siguen administrando Codelco, nos atrevemos a pronosticar una sensible baja de los excedentes de la empresa en los próximos años.
Quisiéramos equivocarnos en el pronóstico, pero los siguientes datos nos conforman en él: Nelson Pizarro fue Gerente General de Minera Los Pelambres de 1998 a 2003, año en fue ascendido a Vicepresidente del holding Antofagasta Minerals, del cual el 2006 pasó a Lumina Coppers, pero siguió siendo director de Antofagasta Minerals hasta la actualidad. Es decir, es un hombre del grupo Luksic, que ya tiene en el gobierno a la Ministra de Minería Aurora Williams, sin olvidar que también trabajaron para este grupo los ministros Alberto Arenas y Nicolás Eyzaguirre, y una serie de otros altos personeros de este gobierno.
En todo el tiempo que Nelson Pizarro fue Gerente General de Los Pelambres, entre 1998 y 2003, esta minera no pagó un solo peso de impuesto a la renta al Fisco. Durante su gerencia se dejó de pagar incluso la patente industrial a las comunas de Salamanca, Los Vilos y Santiago. Desde el año 2006 a la fecha, el Sr. Pizarro es Presidente Ejecutivo de Lumina Coppers, empresa que hasta la fecha tampoco ha pagado un solo peso de impuesto a la renta. La excelencia en la gestión y administración de las transnacionales mineras, se traduce en cómo se evade y elude la tributación al Fisco, lo que se conoce eufemísticamente como “Planificación Tributaria”.
Su mayor experiencia profesional Nelson Pizarro la tuvo en La Disputada de Las Condes, desde 1975 a 1990, donde asumió diversos cargos gerenciales. Es bien conocido de la opinión pública que mientras perteneció a Exxon, La Disputada no pagó un solo peso de impuesto a la renta al Estado. Es más, al venderla a Anglo American el 2003, en US$ 1300 millones, tenía pérdidas tributarias acumuladas de US$ 700 millones, lo que significa que es el Estado que le debía impuestos a La Disputada. Directa o indirectamente, el Sr. Nelson Pizarro desde sus altos puestos gerenciales, contribuyó a esa colosal evasión tributaria de La Disputada.
A pesar que La Disputada siempre evadió la tributación, el Sr. Pizarro está orgulloso de Exxon, según un reportaje de Luz María Astorga en “El Mercurio”, del 09.02.2003, se dice: “Ha reconocido que ésa fue su escuela. Ahí conoció la "minería dura". Según él, el "hombre de Exxon es reconocible en cualquier lado, especialmente por la ética y por su preocupación por evitar los conflictos de interés". Entonces, ¿su escuela es simplemente la escuela norteamericana? Frente a eso sólo ha comentado que de la experiencia con Exxon, aprendió "el respeto por el dueño. Él pone sus chauchas en las manos de uno a cambio de rentabilidad y prefiere la gestión de uno y no otra. Eso obliga a ver el negocio con el ojo del dueño, a cuidar los recursos, maximizar la gestión y al profesionalismo completo".
El hombre de Exxon es reconocido por la ética. Exxon pone las chauchas y a cambio exige profesionalismo y rentabilidad, pero para el grupo, lo que quiere decir que se deben traspasar las ganancias a empresas relacionadas en el extranjero, para que la minera en Chile no genere utilidades, y de esta manera no pague impuesto a la renta. Traspasar las utilidades al extranjero esa es la ética no solo de Exxon sino que de todas las transnacionales mineras, que también han puesto en aplicación en Codelco los últimos cuatro años, y que seguramente seguirá aplicándose con el nuevo Presidente Ejecutivo.
Pero Nelson Pizarro, también había trabajado en Codelco anteriormente. Desde 1990 a 1994, fue Gerente General de Andina, de 1995 a 1998 de Chuquicamata, y volvió desde el 2003 al 2006 como Vicepresidente de Codelco Norte, cuando se retiró para asumir hasta ahora la presidencia ejecutiva de Lumina Copper. En el mismo reportaje ya mencionado de Luz Astorga en El Mercurio, comentaba que en Andina lo llamaban “Manos de Tijera”, porque en un año y medio redujo la dotación en 30%, y además cerró el hospital y el cine. En Chuquicamata, al inicio de la gerencia de Pizarro había 9.500 trabajadores, y al terminar tres años después, la dotación era de 7.700 trabajadores solamente. Manos de Tijera había vuelto a actuar reduciendo personal.
En resumen, cuando Nelson Pizarro trabaja para las transnacionales mineras, el Estado pierde porque esas mineras evaden la tributación, y cuando trabaja para Codelco, son los trabajadores que sufren. ¿A qué viene Nelson Pizarro a Codelco? Seguramente vuelve Manos de Tijera para los trabajadores, pero el peligro mayor es para la empresa porque los excedentes seguirán disminuyendo, hasta lograr al final del camino la tan largamente aspirada y soñada privatización de Codelco.
Las opiniones vertidas en este blog son de la exclusiva responsabilidad de su autor y no comprometen al Directorio de la ASOACAD.
Cuando en abril 2010, el Sr. Diego Hernández asumió la presidencia ejecutiva de Codelco, tras ser elegido por el Directorio designado por el Presidente Piñera, pronosticamos que se venían tiempos de pérdidas para Codelco. Pronosticamos esto, no porque el Sr. Hernández no tuviera la experiencia y capacidad técnica para realizar una excelente gestión en Codelco, sino por el hecho que con él, Thomas Keller y una serie de otros ejecutivos, eran las transnacionales mineras las que lograban apoderarse de la administración de la Corporación. Por esa razón, sosteníamos, podrían llevar a cabo lo que siempre habían perseguido: la privatización de Codelco, paulatinamente, destruyendo económica y financieramente a la empresa.
No nos equivocamos en el pronóstico, porque los 4 años en que Diego Hernández y Thomas Keller, dirigieron la corporación, los excedentes (utilidades) fueron los peores de toda la historia de Codelco, habida cuenta de la producción y precios alcanzados por el cobre y sus subproductos.
Con el nuevo directorio nombrado por la Presidenta Bachelet, pensábamos que este plan de destrucción paulatina de Codelco llegaría a su fin, y que las transnacionales mineras ya no administrarían Codelco. La salida de Keller de la presidencia ejecutiva apuntaba en ese sentido. Poco duró la alegría, porque el nuevo directorio ha vuelto a escoger como Presidente Ejecutivo de la Corporación, a un ejecutivo de larga trayectoria en las transnacionales mineras, el señor Nelson Pizarro. Al ser las transnacionales mineras las que siguen administrando Codelco, nos atrevemos a pronosticar una sensible baja de los excedentes de la empresa en los próximos años.
Quisiéramos equivocarnos en el pronóstico, pero los siguientes datos nos conforman en él: Nelson Pizarro fue Gerente General de Minera Los Pelambres de 1998 a 2003, año en fue ascendido a Vicepresidente del holding Antofagasta Minerals, del cual el 2006 pasó a Lumina Coppers, pero siguió siendo director de Antofagasta Minerals hasta la actualidad. Es decir, es un hombre del grupo Luksic, que ya tiene en el gobierno a la Ministra de Minería Aurora Williams, sin olvidar que también trabajaron para este grupo los ministros Alberto Arenas y Nicolás Eyzaguirre, y una serie de otros altos personeros de este gobierno.
En todo el tiempo que Nelson Pizarro fue Gerente General de Los Pelambres, entre 1998 y 2003, esta minera no pagó un solo peso de impuesto a la renta al Fisco. Durante su gerencia se dejó de pagar incluso la patente industrial a las comunas de Salamanca, Los Vilos y Santiago. Desde el año 2006 a la fecha, el Sr. Pizarro es Presidente Ejecutivo de Lumina Coppers, empresa que hasta la fecha tampoco ha pagado un solo peso de impuesto a la renta. La excelencia en la gestión y administración de las transnacionales mineras, se traduce en cómo se evade y elude la tributación al Fisco, lo que se conoce eufemísticamente como “Planificación Tributaria”.
Su mayor experiencia profesional Nelson Pizarro la tuvo en La Disputada de Las Condes, desde 1975 a 1990, donde asumió diversos cargos gerenciales. Es bien conocido de la opinión pública que mientras perteneció a Exxon, La Disputada no pagó un solo peso de impuesto a la renta al Estado. Es más, al venderla a Anglo American el 2003, en US$ 1300 millones, tenía pérdidas tributarias acumuladas de US$ 700 millones, lo que significa que es el Estado que le debía impuestos a La Disputada. Directa o indirectamente, el Sr. Nelson Pizarro desde sus altos puestos gerenciales, contribuyó a esa colosal evasión tributaria de La Disputada.
A pesar que La Disputada siempre evadió la tributación, el Sr. Pizarro está orgulloso de Exxon, según un reportaje de Luz María Astorga en “El Mercurio”, del 09.02.2003, se dice: “Ha reconocido que ésa fue su escuela. Ahí conoció la "minería dura". Según él, el "hombre de Exxon es reconocible en cualquier lado, especialmente por la ética y por su preocupación por evitar los conflictos de interés". Entonces, ¿su escuela es simplemente la escuela norteamericana? Frente a eso sólo ha comentado que de la experiencia con Exxon, aprendió "el respeto por el dueño. Él pone sus chauchas en las manos de uno a cambio de rentabilidad y prefiere la gestión de uno y no otra. Eso obliga a ver el negocio con el ojo del dueño, a cuidar los recursos, maximizar la gestión y al profesionalismo completo".
El hombre de Exxon es reconocido por la ética. Exxon pone las chauchas y a cambio exige profesionalismo y rentabilidad, pero para el grupo, lo que quiere decir que se deben traspasar las ganancias a empresas relacionadas en el extranjero, para que la minera en Chile no genere utilidades, y de esta manera no pague impuesto a la renta. Traspasar las utilidades al extranjero esa es la ética no solo de Exxon sino que de todas las transnacionales mineras, que también han puesto en aplicación en Codelco los últimos cuatro años, y que seguramente seguirá aplicándose con el nuevo Presidente Ejecutivo.
Pero Nelson Pizarro, también había trabajado en Codelco anteriormente. Desde 1990 a 1994, fue Gerente General de Andina, de 1995 a 1998 de Chuquicamata, y volvió desde el 2003 al 2006 como Vicepresidente de Codelco Norte, cuando se retiró para asumir hasta ahora la presidencia ejecutiva de Lumina Copper. En el mismo reportaje ya mencionado de Luz Astorga en El Mercurio, comentaba que en Andina lo llamaban “Manos de Tijera”, porque en un año y medio redujo la dotación en 30%, y además cerró el hospital y el cine. En Chuquicamata, al inicio de la gerencia de Pizarro había 9.500 trabajadores, y al terminar tres años después, la dotación era de 7.700 trabajadores solamente. Manos de Tijera había vuelto a actuar reduciendo personal.
En resumen, cuando Nelson Pizarro trabaja para las transnacionales mineras, el Estado pierde porque esas mineras evaden la tributación, y cuando trabaja para Codelco, son los trabajadores que sufren. ¿A qué viene Nelson Pizarro a Codelco? Seguramente vuelve Manos de Tijera para los trabajadores, pero el peligro mayor es para la empresa porque los excedentes seguirán disminuyendo, hasta lograr al final del camino la tan largamente aspirada y soñada privatización de Codelco.
martes, 23 de agosto de 2016
El Cobre - Una visión coyuntural
Héctor Toledo Nickels
Académios FAE y Consejero Académico
Las opiniones vertidas en este blog son de la exclusiva responsabilidad de su autor y no comprometen al Directorio de la ASOACAD.
El cobre.
El cobre es fundamental para la
Globalización y para la Sociedad del Conocimiento. La globalización es
“transporte de mercaderías y personas por el Globo”. Sin motores no hay barcos,
trenes, camiones, aviones. Y no hay motores –ni eléctricos ni de combustión
interna - sin cobre. Por eso hasta el comercio interno de los países, caería
brutalmente, casi en tiempo inmediato.
La Sociedad del conocimiento, depende
de internet, sin cobre no hay internet.
El cobre además, tiene usos
sanitarios fantásticos. Las infecciones hospitalarias pueden ser superadas
cerca del 100%.
Sin cobre los trabajos pesados de la
vida doméstica, volverían a absorber casi todo el tiempo cotidiano de la
inmensa mayoría de la humanidad, que hoy se desempeña en labores superiores, y
por ende synergéticos, para sus vidas y para la civilización. Eso produciría
efectos políticos enormes, porque igual que en los imperios antiguos, habría
que reducir a millones a la esclavitud y a la marginalidad más cruel, para que
la civilización posible funcione.
Chile en
el cobre
Chile es el primer vendedor de cobre
con cerca de 6 millones de toneladas anuales, de una cifra total de consumo
mundial del orden de 13 millones de toneladas. Pero grandes productores como
USA, China México, no venden, porque su producción de poco más de dos millones
de tn, es muy menor a su consumo, lo que los convierte en compradores netos; si
además restamos el millón de tn de
chatarra recuperada, resulta que el cobre transado bordea los 10 millones de
tn. De manera que Chile es el gran oferente de Cu, acercándose al 60% del cobre
transado. Nuestro competidor más inmediato es Indonesia con una oferta de 1
millón de tn. Diez países aportan el 90% (incluido Chile) Y cerrado con
Argentina, con menos de 200 mil tn, significando el 2%. Hay 30 países más. Pero
10 de ellos producen 80 mil tn, y 15 suman 20 mil tn. Chile es un monopolio
natural, a nivel mundial, en términos aplastantes. Pero gracias a las
recomendaciones de la Teoría económica regalamos
cuatro millones de tn a las multinacionales para que compitan contra CODELCO, generando gigantescas
pérdidas para el país.
Nuestro país representa un cuarto de un centésimo del mundo, tanto
en territorio como en población, y es dueño de casi el 60% de la oferta, y del
50% de las reservas de cobre. Recurso sin el cual nuestra civilización Global y
del Conocimiento, no podría existir. ¡Y regalamos, por debilidad ideológica,
dos tercios de nuestra producción! Cuatro millones de tn, y sólo rentabilizamos
dos millones tn (CODELCO) haciendo trabajar a nuestra empresa nacional los
yacimientos en vías agotamiento, lo que aumenta los costos y disminuye nuestras
ganancias, y regalamos los yacimientos de mejor ley a las multinacionales,
además, les permitimos evadir nuestros impuestos con mil trucos deshonestos.
Las reservas de Chile en cobre fino
suman 380 millones de tn, que al precio actual de 2U$, cifran en
1.675.040.000.000. Un billón 675 mil
millones U$, de las cuales 200 millones de tn en reserva aún están
-formalmente- en manos de CODELCO. Eso se puede cifrar en 60 millones de casas
a mil UF, o cerca de 30 años del presupuesto actual del país.
¿Qué
aportan las multinacionales? : Nada.
La “buena” inversión extranjera de
aportar 1.- Capital propio. 2.- Tecnología desconocida o inalcanzable para el
país receptor. 3.- Recursos humanos inexistentes en el país huésped 4.- Un
acceso al mercado del que carece el país.
1.- No aportan capital propio, sino
préstamos levantados en la banca nacional del país, o préstamos usureros de sus
bancos relacionados, por sobre la tasa normal que el propio Chile habría
logrado en la banca mundial. Y para amortizarlos exigen de Chile privilegios
tributarios enormes.
2.- Tecnología: Gran parte de la
tecnología de explotación es chilena, o está abierta su compra en el mercado
mundial en todo momento.
3.- Los Recursos humanos en toda la
jerarquía son chilenos. Y los muy específicos, también están disponibles sin
ninguna restricción en el mercado, cuando se los requiere.
4.- El acceso al mercado es lo más
abierto que existe. Mucho más evidente para el oferente en un 60%.
No hay exageración ninguna cuando se
evalúa que las multinacionales del cobre, en Chile, aportan NADA.
Injerencia
de las multinacionales en la política.
La práctica corruptora de las mineras
en las campañas electorales, de prensa, y de gestión gubernamental, es más
antigua y sustantiva que la escandalosa conducta de CORPESCA.
El grueso de la renta de las
mineras, es directamente “producida” por esta cooptación política.
Normalmente sólo la ganancia (Precio
– Costos= lucro promedio) debiera ser utilidad de las empresas extractivas. Ese
lucro se mide a un promedio de la industria cuprera en el mundo. Toda ganancia
por sobre ese promedio se lo llama “renta”, y ésta debiera ser percibida por el
propietario del mineral (Chile) Ya que no corresponde al trabajo ni a la
eficiencia de la empresa, sino a la valoración que el mercado ha hecho del
metal, por si mismo.
Se acaba de vivir un “superciclo” del
precio, que generó una renta del
orden de 60 mil millones de U$, que el Estado chileno torpemente dejó que las
multinacionales se apropiaran ilegítimamente de ese dinero, que es 15 veces, la
educación universitaria de calidad.
¿Cómo nos
roban ahora mismo?
La reforma de Lagos le permite a
cualquier inversionista, pero especialmente a las mineras, componer con deuda
su inversión hasta tres veces el capital propio. ¡Un portón gigante abierto a
la evasión!
Los aportes al presupuesto nacional
2016, en un 95% son de CODELCO, y prácticamente nada por las multinacionales,
produciendo CODELCO un tercio con
minerales viejos y costosos. Es obvio que las privadas han “borrado” utilidades
aumentando costos en el papel, “endeudándose” con sus Casas matrices, que en
gran medida son deudas puramente nominales. Pero que en el juego de números,
“rebajan” utilidades hasta el punto que anulan la base imponible.
Desde de 2014 la deuda de inversiones
directas pasó de 30 mil millones U$, a 50 mil millones U$ al comienzo de 2016.
¿Dónde están esos miles millones de inversión? Eso debiera verse notoriamente,
en una alta tasa de empleos. El resto de las empresas y los bancos no han
incrementado sus deudas, sólo el gobierno para defender el empleo a gastado
3.500 millones U$. Por tanto, 50 mil millones de inversión que son catorce
veces (1.400%) el esfuerzo del gobierno, tendrían que tener un efecto óptico
impresionante. Es evidente que es una maniobra para robar impuestos en
volúmenes gigantescos.
¿No será
tarea de la Universidad estatal poner la verdad, a la vista de todos?
lunes, 4 de julio de 2016
Una pregunta a respecto de la formación de nuestros ciudadanos
por Rafael Labarca B., Profesor de Matemáticas
Las opiniones vertidas en este log son de la exclusiva responsabilidad de su autor y no comprometen al Directorio de la ASOACAD.
Nuestro país ha optado por un sistema escolar obligatorio de, al menos, doce años. Veamos qué significa esto en tiempo dedicado a las diferentes asignaturas del currículo para la formación del ciudadano.
Las opiniones vertidas en este log son de la exclusiva responsabilidad de su autor y no comprometen al Directorio de la ASOACAD.
Nuestro país ha optado por un sistema escolar obligatorio de, al menos, doce años. Veamos qué significa esto en tiempo dedicado a las diferentes asignaturas del currículo para la formación del ciudadano.
Para
ello, vamos a suponer que la jornada escolar
diaria es, en media, de 8.15 a 15.30 horas de lunes a viernes. Esto
significa que los estudiantes pasan 36 horas y 15 minutos semanales en el colegio.
Asumiendo
que almuerzan en una hora y que tienen recreos que suman 45 minutos diarios, tenemos que de las horas
- que pasan en el colegio- pueden
atender clases un total de 27 horas y 30 minutos a la semana. Asumiendo que no tienen ninguna
actividad que los distraiga de sus clases y que no se enferman nunca y van
siempre al colegio, ocuparán 16,37% de su tiempo de vida semanal durante el período escolar, a sus clases directas.
Suponiendo
que hay ocho o nueve asignaturas, en el currículo, podemos deducir que tendrán entre 2 y 5 horas
por asignatura a la semana. La asignación de horas, a cada asignatura, se hará dependiendo de la importancia que el
colegio, y la sociedad, otorguen a las materias. Por ejemplo: lenguaje y
matemática. Ambas asignaturas se hacen en programas de 3, 4 o 5 horas semanales,
cada una.
O
sea, en un colegio en el que no se dan tareas y /o trabajos para la casa y en
el que se recomienda no estudiar fuera del horario escolar este sería el máximo de horas semanales que
un alumno dedicaría a estas materias. En el mejor caso (5 horas) representa un poco menos del 3% de su tiempo de
vida semanal (durante su período escolar).
Si
pensamos que el año escolar es de 37 semanas (asumiendo que en cada año se hacen
dos períodos escolares de 18,5 semanas). Tenemos que la mejor hipótesis es que un alumno (sin
huelgas, sin feriados, sin aniversario del colegio, sin nada que afecte la programación
de clases) tendrá 187 horas de clases de una misma materia al año. Esto es 7,71
días de su año de vida dedicado a
aprender esa materia. Observamos que esto representa el 2,11% de su año de vida
dedicado a las clases de la respectiva asignatura.
Ahora
viene la pregunta: ¿Creé Usted que con ese tiempo de dedicación a la semana,
por ejemplo a lenguaje o matemáticas, el futuro ciudadano terminará, al cabo de
doce años sabiendo y comprendiendo todo lo que el currículo básico dice que
tiene que saber?.
Asumo
que el cálculo anterior lo puede hacer toda persona adulta que cursó la
educación obligatoria vigente, por ello me sorprende que haya un movimiento que quiera
promover una ley para prohibir o restringir que se envíen tareas y/o trabajos a
la casa. Más me sorprende que senadores de la república promuevan- seriamente-
dicha ley. En todo caso, asumo que ellos ya hicieron la cuenta que acabamos de
hacer, están de acuerdo que así sea y quieren, además, que sea una norma para
la educación del ciudadano en nuestro país.
En
mi opinión, en vez de intentar restringirnos a todos con algo que no quisiera
para los nuevos ciudadanos (ni para el futuro de la nación), bastaría apenas que todas estas personas usaran
de su derecho a elegir libremente el
tipo de educación que quieren para sus hijos y los inscribieran (o fundarán) escuelas coherentes con lo que creen.
No
me agrada la idea de que pretendan obligar a otros, en particular a los que
están obligados a asistir a las escuelas
públicas y/o subvencionadas, a asumir que sus hijos sólo tendrán esos pequeños
porcentajes anuales para formarse cómo ciudadanos responsables del Chile del
2030 y siguientes años.
jueves, 9 de junio de 2016
Pilares para el fomento de las de las Ciencias Innovación y Tecnologías (CIT) + Cultura, Artes y Deporte (CAD)
Grupo INDI-USACH - Documento de trabajo, 10-10-2013
El contenido de esta columna es de responsabilidad de sus autores y no compromete al Directorio de la ASOACAD. El objetivo de difundirla es estimular un debate y análisis de materias contingentes y/o del interés de nuestros asociados y asociadas.
INTRODUCCIÓN
De acuerdo al análisis realizado durante varias jornadas de reflexión convocadas por la VRIDEI
USACH en Agosto de 2013, se produjo el intercambio de opiniones y debate en torno a la pregunta:
¿Qué país queremos? De una u otra forma, la primera reflexión generalizada es que estamos
inmersos en un sistema socio-económico y cultural que no satisface integralmente nuestra búsqueda
del bienestar, entendiendo esto último como una sociedad donde no existan grandes brechas de
desigualdad, donde la riqueza se distribuya de una forma más equitativa, y donde el desarrollo tenga
como ancla la sustentabilidad social, ambiental y económica.
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Es por ello que en la ausencia de visiones a largo plazo que se comprometan con un conjunto de
valores que propendan hacia el bien común, el respeto a la persona en toda su dimensión humana,
en equilibrio con el sistema social, ambiental, moral y económico en el cual habita, es que
proponemos una visión de desarrollo basado en elementos que velen por dicho objetivo, más allá de
la visión actual que cree que el libre mercado resuelve todos los problemas que se enfrentan en la
sociedad. Claramente, dicho libre mercado, en nuestro contexto político y socio-cultural ha
favorecido la desigualdad, tal como lo evidencian los indicadores nacionales (Casen) e
internacionales (GINI). Es por ello, que la potencia y el sentido de largo plazo de los que hemos
denominado Pilares para el fomento de las Ciencias, las Innovación y las Tecnologías (CIT) en
conjunto a la Cultura, las Artes y el Deporte (CAD) para el desarrollo, es lo que marca la diferencia
en la propuesta de esquema de soluciones a las diversas problemáticas que cada uno de nosotros
desde sus ámbitos de conocimiento aportará para alcanzar el desarrollo del país a escala humana.(leer documento completo)
El contenido de esta columna es de responsabilidad de sus autores y no compromete al Directorio de la ASOACAD. El objetivo de difundirla es estimular un debate y análisis de materias contingentes y/o del interés de nuestros asociados y asociadas.
INTRODUCCIÓN
De acuerdo al análisis realizado durante varias jornadas de reflexión convocadas por la VRIDEI
USACH en Agosto de 2013, se produjo el intercambio de opiniones y debate en torno a la pregunta:
¿Qué país queremos? De una u otra forma, la primera reflexión generalizada es que estamos
inmersos en un sistema socio-económico y cultural que no satisface integralmente nuestra búsqueda
del bienestar, entendiendo esto último como una sociedad donde no existan grandes brechas de
desigualdad, donde la riqueza se distribuya de una forma más equitativa, y donde el desarrollo tenga
como ancla la sustentabilidad social, ambiental y económica.
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Es por ello que en la ausencia de visiones a largo plazo que se comprometan con un conjunto de
valores que propendan hacia el bien común, el respeto a la persona en toda su dimensión humana,
en equilibrio con el sistema social, ambiental, moral y económico en el cual habita, es que
proponemos una visión de desarrollo basado en elementos que velen por dicho objetivo, más allá de
la visión actual que cree que el libre mercado resuelve todos los problemas que se enfrentan en la
sociedad. Claramente, dicho libre mercado, en nuestro contexto político y socio-cultural ha
favorecido la desigualdad, tal como lo evidencian los indicadores nacionales (Casen) e
internacionales (GINI). Es por ello, que la potencia y el sentido de largo plazo de los que hemos
denominado Pilares para el fomento de las Ciencias, las Innovación y las Tecnologías (CIT) en
conjunto a la Cultura, las Artes y el Deporte (CAD) para el desarrollo, es lo que marca la diferencia
en la propuesta de esquema de soluciones a las diversas problemáticas que cada uno de nosotros
desde sus ámbitos de conocimiento aportará para alcanzar el desarrollo del país a escala humana.(leer documento completo)